24 hores d’ultrafons en pista 2021

Hace 5 o 6 años vi, no me acuerdo muy bien donde, una fotografía de un corredor con aspecto demacrado en medio de una calurosa carretera, con un pie de foto indicando que se trataba de una prueba especialmente dura: la Spartathlon. El nombre me pareció curioso, así que me puse a indagar inmediatamente sobre ello.

El gran historiador de la antigüedad Heródoto, describió con todo detalle la batalla de Maratón (490 a.C.) entre persas y atenienses. Una de las gestas acontecidas en esa batalla, fue la conseguida por Filípides, un mensajero a pie del ejercito ateniense, que fue enviado a pedir ayuda a Esparta. Heródoto escribió: […] Filípides llegó a Esparta un día después de haber salido de Atenas y pronunció su mensaje ante el gobierno espartano […]. A principios de los 80, un grupo de británicos decidió comprobar si era esto posible, recorriendo los casi 250 km que hay desde la Acrópolis hasta la estatua del rey Leónidas en Esparta, en menos de 36 horas. Y así nació una de las carrera de ultrafondo mas duras del mundo.

La estatua del rey Leónidas en Sparta, es la llegada oficial de la Spartathlon.

Completamente prendado de la historia y la carrera, me puse a buscar los requisitos para poder participar: conseguir correr 180 km en 24 horas. Una verdadera locura. Pero si hay algo que me gusta son las locuras. Así me puse a indagar donde encontrar carreras de 24 horas, encontrando una enseguida: las 24 hores de ultrafons en pista de Barcelona.

Fue en 2018 donde tuve mi primer contacto con esta carrera (dentro vídeo!). Este primer intento se saldó con 163 km, y un mes de cojera por tener el pie tan hinchado como un melón. Aquí descubrí que esta modalidad tiene poco que ver con el trail o el asfalto (que le pregunten a Kilian si no).

En 2019 fue el segundo intento (vídeo). Después de problemas estomacales, vi como iba perdiendo energía a lo largo de las horas, y con ella la moral. 154 km fue el resultado, y una sensación de querer y no poder que jamás había sentido en esto del correr.

Y así llegamos a 2021. En cuanto abrieron inscripciones en septiembre, me apunté sin dudarlo ni un segundo (bendita memoria, que no recuerda las horas de sufrimiento pasadas en anteriores ediciones…). Después de dos ediciones corridas, no se puede decir que sea un ultrafondista experto, pero si había aprendido varias lecciones, y estaba dispuesto a ponerlas en práctica.

Sábado 11 de diciembre de 2021. Después de una semana de dormir lo mejor posible y reducir la cafeína al mínimo, llega el gran día. ¿Conseguiré por fin llegar a los 180 km? Después de llevar corriendo en serio casi 10 años es la única meta que me he marcado y no he conseguido. En esta ocasión me he preparado concienzudamente para ello. Buena preparación física (no óptima pero si buena), buena preparación mental, estudiado como mejorar los puntos mas débiles (nutrición y sueño) y quitando todas las distracciones posibles.

07.30 Me levanto con un principio migrañoso. Debido a ello no puedo comer nada. Es lo peor que me podía pasar. Me vienen los recuerdos del Gran Trail de Aneto Posets, donde tuve que abandonar después de estar sufriendo durante 11 horas una migraña horrible mientras saltaba de piedra en piedra.

Me tomo las pastillas pertinentes y un café con leche. Toca esperar y ver si hacen efecto. Si no, será imposible correr.

09.00 Salimos de casa y nos dirigimos a las pistas de Can Dragó. Parece que las pastillas empiezan a hacer efecto, pero sigo con nauseas y sin hambre. Voy todo el trayecto con ganas de llorar, con sensación de ir al matadero y el típico pensamiento de «porque me tuve que apuntar DE NUEVO!».

09.45 Recogemos el dorsal, y montamos el chiringuito en el lateral de la pista (maleta llena de ropa, carrito de la compra lleno de bebidas y comida, silla y mesita de camping). Una vez todo preparado y a pie de pista, parece que todas las dudas quedan superadas. Incluso me entra hambre, y me como un par de rebanadas de pan con Nocilla. Bien.

El mercadillo runner listo para las 24 horas

10.45 Briefing de la organización explicando las normas de la competición. Siempre son las mismas, pero siempre va bien un pequeño recordatorio. Participantes de 31 países, mucho nivel.

11.30 Presentación de los corredores, uno a uno, haciendo pasillo. Es una sensación especial aplaudir y ser aplaudido por los que van a ser tus compañeros durante un dia entero en la pista. Se aprecia el cariño que ponen los organizadores (corredors.cat) a esta prueba.

11.45 Último respiro antes de la salida. Por delante quedan 24 horas de esfuerzo continuado, pasando frio, sintiendo cansancio y dolor, y una lucha interna sin tregua para poder seguir adelante.

12.00 Atletas en sus puestos. Miradas de ilusión, respeto, no saber que pasará, un poco de miedo, «que hago yo aquí»…… salida!!!!

Salida! (foto: @blogmaldito)

Salimos todos juntos, pero al final de la primera recta nos colocamos todos en los carriles que nos tocan: los de 24 horas por relevos en el carril 1 al 3, los de 12 horas del 4 al 5, y los locos de las 24 horas individuales del 6 al 8. Así, cada vuelta que hagamos nos contará como la longitud del carril 6: 437,70 metros.

Hora 1 (13:00, 10 km): Ya llevamos una hora corriendo. En estas pruebas, hay tantas estrategias posibles como corredores. Yo he decidido seguir la misma estrategia que ya diseñé para la edición del 2018: dividir las 24 horas en bloques de CaCo (Caminar Correr). Para estas primeras horas empiezo haciendo ciclos de 30 minutos corriendo y 5 minutos caminando. En estos momentos uno esta fresco y hay que aprovechar para hacer los mas kilómetros posibles, pero sin quemar todos los barcos.

Hora 2 (14:00, 20 km): Toda la emoción del inicio se ha disipado y la gente ya esta centrada en la prueba, aunque algunos van a un ritmo fuerte. Yo llevo horas de podcasts y listas de reproducción preparadas para escuchar, pero intento disfrutar de la música del estadio, aunque no me guste. Me guardo esa opción para momentos de mas necesidad.

Hora 3 (15:00, 30 km): Ya llevamos 3 horas. Sigo con los CaCos programados sin percances (tal y como sucedió en las ediciones precedentes). En lo que si he cambiado es en la nutrición.

Fue el causante del fracaso de la última edición, así que he investigado como mejorarla, y después de leer mucho, he decidido tomar sólo líquidos durante toda la prueba. Cada hora tomaré un botellín de agua de 500ml con una combinación de carbohidratos (maltodextrina, fructosa, otros carbohidratos, sales, etc…), sumando 85 gramos de carbohidratos. Y eso será lo único que tomaré. En los tests que he hecho me ha funcionado muy bien, pero claro, no es lo mismo un entreno de 5 horas con 5 botellines, que 24… Me la juego. Por ahora esta funcionando perfecto.

Hora 4 (16:00, 40 km): 4 horas sin parar empiezan a hacer mella. Cada vez cuesta mas llegar al final del período de correr de los CaCos. El espacio-tiempo se empieza a deformar y el tiempo transcurre mas despacio mientras corres y mas rápido mientras caminas.

Un corredor me comenta que esta ahí corriendo por haber visto uno de mis videos (este). Le motivó lo suficiente como para apuntarse. Le pido disculpas por ser en parte culpable de todo lo que va a sufrir hoy, pero se me hincha el pecho como a un pavo de corral. Siempre es bonito ver que tu trabajo es visto y tiene cierto impacto.

Hora 5 (17:00, 49 km): Ya he pasado por la primera maratón. Poco a poco se empieza a esconder el sol, y toca apretar de coco. La parte mental empieza a hacerse predominante. La noche será dura.

Ahora recuerdo que estoy incumplido una norma de oro de las carreras: ¡No estrenes nada el día de carrera! Yo estreno calcetines. Unos especiales para larga distancia, de dedos, de una marca en la que confío plenamente. Pero los estreno hoy. Y estoy pagando el precio: los dedos gordos de los pies me duelen mucho. No me atrevo a quitármelos, con ver que no hay sangre me conformo.

Hora 6 (18:00, 58 km): Por fin el primer descanso. Acabo el primer gran bloque de CaCos, y hago una pausa programada de 30 minutos. Llevo mas de 6 horas a base de botellines de carbohidratos con muy buen resultado. Me siento con energía, y con el estómago entero. Pero para esta séptima hora voy a tirar con un buen caldo calentito mientras hago el descanso. Me sienta estupendamente un poco de salado después de horas de dulce hardcore.

Caldo Aneto, el alimento de los campeones.

Hora 7 (19:00, 63 km): Empiezo otro bloque de CaCos. Esta vez serán 10 ciclos de 25 minutos corriendo mas 5 minutos caminando. Por ahora estoy consiguiendo aguantar el ritmo planificado para los ciclos de correr. Tengo calculado ir corriendo a un ritmo de 6 minutos/km, pero corro un poco mas rápido (5:30) para con pausas de lavabo y beber salgan los 6 minutos de media. Una vuelta a la pista salen a unos 2:30 minutos corriendo y unos 5 minutos andando, aproximadamente. Ahora tengo 5 horas por delante sin ni una pausa.

Hora 8 (20:00, 72 km): Ya es noche cerrada. Para mucha gente, imaginarse dar vueltas a una pista durante horas le parece aburrido. Ojalá fuera así. Eso significaría que no te duele nada, que no temes lo que te queda, que no te preocupa que vayas mas lento que el ritmo que te habías planteado, que no notes que el estómago se te está cerrando, que no tengas frio, que no tengas calor, que no temas que todos estos años de duro entreno no sirvan para nada, que…. no se cuantas cosas mas pasan por tu cabeza. Ojalá fuera aburrido.

Hora 9 (21:00, 81 km): Para no sobrecargar los músculos, la organización hace un cambio de sentido cada tres horas. Son momentos curiosos porque ves las caras del resto de corredores cuando te cruzas con ellos al hacer el giro. Solo los reconoces por las camisetas, porque son solo espaldas hasta este breve instante. Este es el tercer cambio, y no me va mal porque empezaba a sentir algún pinchazo en la rodilla. Seguimos con los CaCos.

Hora 10 (22:00, 90 km): Poco a poco va bajando la temperatura, y empiezo a notar el frio. Voy con camiseta corta y manguitos, y debería abrigarme, pero intento aguantar hasta el próximo descanso (en un par de horas) y así no parar. Apagan la megafonía del estadio por descanso de los vecinos, pero me sigo reservando la carta de los auriculares para un momento mas necesario.

Hora 11 (23:00, 98 km): Empiezo a estar cansado y el hartazgo llama a la puerta. Toca luchar y pensar en el descanso que haré en una hora. Acabar estos dos primeros bloques de CaCos con el tiempo planificado sería un gran éxito, y me permitiría encarar la noche con todas las opciones abiertas.

Hora 12 (24:00, 102 km): Se esta haciendo duro, pero me encuentro bien. He conseguido hacer los 100 km en menos de 12 horas. Parece que la estrategia y la nutrición están funcionando!. Además, por fin acabó el segundo bloque de CaCos, y toca descanso. Aprovecho para cambiarme de ropa y abrigarme bien para la noche. Mallas largas, camiseta térmica de manga larga, camiseta de manga corta y cortavientos. Viendo lo bien que me sentó el caldo en el primer descanso decido repetir, pero cometo un error: me tomo tres tazas seguidas de caldo con demasiada rapidez.

Al ponerme en marcha de nuevo, entre todo el caldo que me he bebido de golpe, y la ropa que me he puesto, empiezo a sentir mareos y nauseas. Empiezo a sentirme mal. Corro como puedo para no romper el plan. Se como funciona esto: hacer una excepción en el plan es como hacer un pequeño agujero en una presa: todo se vendrá abajo de golpe.

Intento escuchar a mi cuerpo, ver que necesita, y me viene a la cabeza galletas crackers. Me acerco al puesto de avituallamiento y…. bingo!!! hay galletas!! Cojo tres o cuatro y las devoro. En poco tiempo me siento mejor y puedo seguir corriendo sin problemas. Sensación de haber salvado un Match Ball. Estas galletas serán lo único sólido que comeré en todas las 24 horas.

Hora 13 (1:00, 111 km): Con el cuerpo ya estabilizado me puedo centrar en seguir el plan. Ahora toca otro bloque de CaCos, de 10 ciclos de 20 minutos corriendo mas 5 caminando. Los periodos corriendo van disminuyendo respecto a los anteriores bloques para no hacerlo tan monótono, y también porque el cuerpo se va destruyendo y no aguanta tanto como antes. También ayuda el aspecto psicológico: hacer los segmentos de correr mas cortos te anima a acabar el bloque porque sabes que el siguiente bloque tocará correr menos.

También en esta hora afronto otro de mis grandes puntos débiles: el sueño. En las dos anteriores ediciones el sueño me atacó con todas sus fuerzas y me venció. Ya puedes estas súper fuerte de cuerpo y mente, que si te vence el sueño no servirá de nada. En esta ocasión tengo planificada la ingesta de cafeína. Empiezo ahora con una pastilla de 100 mg, y las iré tomando cada dos horas.

También saco los AirPods y empiezo a escuchar música. Necesito distracción y sacar al coco del bucle «me duele el pie, estoy cansado, me duele la pierna, quiero descansar….». Voy escogiendo canciones que me gusten y me las pongo en bucle muchas veces.

Hora 14 (2:00, 119 km). Las dos de la mañana. El común de los mortales durmiendo (o de fiesta) y yo aquí, 14 horas dando vueltas a una pista. Físicamente voy bien, pero tengo problemas gestionando el frio. Corre un poco de aire, y cuando da de cara (en la recta mas cercana a Avda. Meridiana), tengo que subir la cremallera del cortavientos, y cuando da de espalda (en la otra recta, al cabo de minuto y medio) tengo que bajar la cremallera porque tengo demasiada calor y si sudo se convertirá en humedad congelada en poco tiempo. Al cabo de minuto y medio, vuelta a subir la cremallera. En esta locura de subir y bajar cremalleras paso una hora. ¿Veis como no es aburrido? 🙂

Rayado mirando rayas

Hora 15 (3:00, 128 km): Tres maratones seguidas llevo en las piernas. El cansancio y los dolores en pies y piernas son constantes y de todo tipo. Toca cambio de música, y me paso a música electrónica. La pauso en los períodos de caminar, para que no se haga monótono y así tener un cierto punch en los momentos de correr. Toda treta es válida para engañar al coco.

Hora 16 (4:00, 137 km): Última hora de este bloque de CaCos. Me concentro al máximo. Corro mirando el suelo mas cercano, centrado únicamente en la línea que separa el carril 6 y 7. Todo mi mundo, toda mi existencia, se basa en seguir esa línea. No hay nada mas.

Hora 17 (5:00, 142 km): Descanso!!!! Este último bloque ha sido espectacular. Resuelto el problema de las 12 con el caldo, me he puesto a correr muy bien, a pesar de algún problema con el frío. Empiezo a ver que conseguir llegar a los 180 km es una posibilidad real.

Me dispongo a hacer los 30 minutos programados de descanso, tomando una taza de caldo (con calma). Pero a los 15 minutos me doy cuenta que el frío me esta entrando en los huesos a pesar de haberme abrigado al sentarme. Realmente no gestiono bien el frío, soy de sudar mucho, y esa humedad es criminal cuando se enfría.

Decido levantarme y caminar con el abrigo para entrar en calor. Al levantarme, las piernas me recuerdan que en el manual de instrucciones no especificaban que estaban preparadas para este uso tan prolongado. Camino como puedo, cojeando y temblando de frío. Hay un Walking Dead en la pista….

Después de los minutos de descanso, toca un bloque de CaCos de 15 corriendo mas 5 andando. El primer ciclo corriendo tengo que hacerlo con el abrigo puesto, aun temblando de frío. Poco a poco entro en calor y al final me lo puedo quitar. Otro Match Ball salvado.

…yo diría que por aquí he pasado antes…

Hora 18 (6:00, 150 km). Después del mal inicio de este bloque, me concentro en correr, sabiendo que ya queda poco de oscuridad. En dos o tres horas volveremos a ver el sol y eso anima siempre. A parte de los dolores de todo tipo que van surgiendo, me siento bien.

Llega el cambio de sentido de las 6:00, y miro la clasificación oficial: llevo 150 km. A pesar que el coco no esta para cálculos, me doy cuenta que me quedan tan solo 30 km para el objetivo, y 6 horas para hacerlo….. Incluso andando quizás llegaría!

Hora 19 (7:00, 158 km): Dándome cuenta de lo cerca que estoy, se produce un gran cambio en mi interior, tengo un enorme subidón. Ahora cada período de correr lo tomo como una oportunidad para arañar kilómetros. Corro con ganas, con ilusión. Noto como poco a poco me estoy acercando al objetivo. Lo tengo al alcance!!!!

Hora 20 (8:00, 164 km): Poco a poco clarea. Sigo corriendo con ilusión y ganas. No me puedo confiar, debo seguir el plan e ir con cuidado de no sobre forzar los músculos. Sólo hace falta un pinchazo para que todo se desmorone. Si no pasa nada lo voy a conseguir!!!!

Toca otro descanso. Tomo caldo y antes que el frío me entre de nuevo, decido caminar haciendo descanso activo. Aun así paso frío, pero no tanto como antes.

Hora 21 (9:00, 170 km): Empiezo otro bloque, esta vez de CaCos de 10 minutos corriendo mas 5 andando. Aunque 10 minutos parece poco comparado con los 30 que hacia al principio, se hace eterno cada ciclo. Empiezo a estar muy petado de piernas y pies, pero el sol hace acto de presencia con todo su esplendor y reconforta con su luz y calor.

Hora 22 (10:00, 177 km): Viendo los resultados temporales, estoy en el puesto 20º!!!!! No me puedo creer lo bien clasificado que estoy ahora mismo. Voy corriendo como me dejan las piernas, pero cuando llego a los 175 km voy haciendo tramos caminando. Me duelen muchísimo los pies, sobre todo los empeines. Los pies deben estar muy inflamados y deben estar apretujados en las zapas. Temo por alguna lesión si esfuerzo mas de la cuenta. Si consigo ir andando llegaré a los 180 km, así que opto por andar.

Hora 23 (11:00, 181 km): Estoy feliz por estar a punto de llegar a los 180 km. Pero derrotado porque no me atrevo a correr.

Toca descanso. Me paro un rato, pero decido que ya que no corro, al menos caminaré hasta el final, sin descansar. Además, si me siento mas de 10 minutos creo que no podré levantarme.

En una de las vueltas caminando, paso por la pantalla de clasificación y veo que oficialmente he superado los 180 km. Se me escapa un pequeño grito de alegría. Increíble, lo he logrado.

Hora 24 (24:00, 185 km): Última hora. No quiero, y quizás no puedo, hacer otra cosa que caminar y caminar. No quiero, y quizás no puedo, correr, pero tampoco voy a quedarme quieto. Seguiré caminando hasta el final. Me gustaría poder acabar la carrera corriendo, pero no puedo.

Y así llega el domingo 12 de diciembre de 2021, a las 12.00, cuando suena la bocina que indica la finalización de la prueba. Cuesta decirle a tu cerebro que ya no hace falta que camine o corra, que ya se ha acabado. Durante 24 horas él te ha estado diciendo precisamente eso, que pararas, que dolía y tu que no, que debía seguir fuera como fuera.

Estoy tan cansado que me cuesta hasta alegrarme, aunque debo reconocer que alguna cosilla se me cuela en el ojo. La llegada a la meta, con todo el público a ambos lados de la pista vitoreando a los participantes es apabullante.

Le doy un abrazo a Mari. Sin ella no lo hubiera logrado.

«…aunque tengas ganas de morir pon buena cara, pon buena cara!!!»

Lunes 13 de diciembre de 2021. 24 horas después de acabar las 24 horas. El resultado obtenido en la carrera ha sido espectacular. Sólo en mis mejores sueños lograba conseguir esto. Tengo una sensación enorme de conseguir lo que me proponga, a través de trabajo, constancia y organización. Pero el vacío existencial clásico después de una carrera me inunda. He acabado muy mal físicamente. Y al final, lo que quiero realmente es hacer la Spartathlon. Por fin, después de años, he conseguido el derecho a optar a entrar en el sorteo de dorsales, y eso pocas personas lo pueden decir. Pero, ¿sería capaz de acabarla? Me encantan los retos, pero esto quizás sea un imposible.

Las inscripciones son en enero, tengo un mes para pensarlo….

Para terminar, agradecer a todos los que vinieron a animar, o no vinieron pero estaban ahí de todas formas. Y especialmente a un señor que no conozco de nada que estuvo dos horas animando a pie de pista vuelta tras vuelta. Que grande eres, señor desconocido.

Friki datos:

Distancia: 185,2 km
Ritmo medio: 07:47 min/km (incluyendo paradas)
Posición: 23 de 132 acabados
Vueltas: 423
Frecuencia cardiaca media: 125
Calorías gastadas: 13.911
Pasos: 215.896

Marató Barcelona 2021

Hace ya más de tres años (2018) que hice mi mejor marca en una maratón: 3:03:55. Me parecía imposible mejorarla. Conseguí ese resultado estando en plena forma y haciendo una carrera de 10. Además, cada año voy envejeciendo, con todo lo que eso implica.

Y, aun así, este 2021 el cuerpo me pide marcha y decido lanzarme a la piscina e ir a por el santo grial de la maratón: el sub 3h. Estoy en un buen estado de forma, aunque el resultado de la Mitja Marató de Barcelona —que corrí como test— no invita al optimismo: hice un tiempo de 1:26:59, cuando debería haber logrado 1:25:00 para poder afrontar el bajar de 3 horas en la maratón con ciertas garantias.

La semana anterior a la Marató hago una descarga de carbohidratos de lunes a miércoles. De jueves a sábado, hago una carga; la idea es ir con las reservas a tope. También evito el café a lo largo de toda la semana, para aumentar el efecto de los geles con cafeína durante la carrera. 

Llega el día D. 

5:45: Suena el despertador.

6:00: Desayuno tres buenas rodajas de de pagès bien untadas en Nutella, y un café con leche.

07:00: Antes de salir de casa, me tomo un batido isotónico más una pastilla de sales.

07:40: Llego a avenida María Cristina, donde he quedado con un amigo. Hace mucho frío y mi amigo llega tarde, así que decido acercarme al pabellón habilitado como guardarropía para prepararme allí mientras él llega.

08:00: Mi amigo llega al fin. Dejamos las mochilas y nos separamos, deseándonos suerte. Me dirijo al cajón de salida. Esta vez me toca con los top: primer cajón, dorsal amarillo. Estoy rodeado de máquinas de correr. No me da tiempo a hacer ninguna carrerita de calentamiento, así que me conformo con pequeños ejercicios dinámicos mientras espero a que den la salida. 

08:30: Tomo el primer gel. La organización nos tiene una sorpresa preparada: una soprano y un cantante entonan en directo el clásico “Barcelona” de Freddy Mercury y Montserrat Caballé. Gallina de piel. Finaliza la canción y ¡salida!

Km 1: Carrer de Sants. Veo a un chico en el suelo, llorando desconsoladamente. Debe haberse roto nada más salir. Deja mal cuerpo.

Km 2: Tengo las liebres de sub 3h a pocos metros, pero no me engancho y dejo que se adelanten;  me agobia ir en la grupeta. Prefiero ir más suelto y con más aire.

Km 3: Camp Nou. Realmente la Marató es como el Bus Turístic en versión running. Y no me parece mal.

Km 5: Avenida Sarrià. Me siento bien, sigo a cierta distancia de las liebres, sin problema.

Km 7: Carrer Tarragona. Tomo un gel. A este ritmo (4:15) sorber el gel o beber agua te deja sin aire durante varios metros.

Km 8: Centre Comercial Arenas. Ambiente espectacular. Hay más gente que otros años, o así me lo parece.

Km 9: Gran Vía. Sigo con las liebres a tiro. ¡Muy Bien!

Km 10: Passeig de Gràcia. ¿Ese de delante es David (blogmaldito)? Ostras, ¡es él! Lo saludo y charlamos un par de minutos. Me alegra verlo y poder hablar. Que lleve 10 km y esté a la par que él —que está en otro nivel— me hace ver que estoy corriendo como nunca. ¡Y encima me siento fresco! Esto pinta bien (o me estoy flipando mucho).

Km 12: Carrer Mallorca. De nuevo cuesta beber agua y tragar el gel. Pero nada grave. Síndrome del impostor del running: rodeado de tipos que corren mucho, me siento fuera de lugar. Pero estoy fresco, bien. Qué sensación más satisfactoria. Al final me voy a creer que tengo opciones.

Km 13: Sagrada Familia. Es espectacular ver como aparece, de repente, a tu izquierda, majestuosa. Hay mucha gente animando.

Km 15: Tomamos la avenida Meridiana. Poco a poco se desvanece la frescura, pero aún voy bien. Para sobrellevar este tramo es imprescindible mucha concentración. Tomo otro gel. Debido a unas obras, se estrecha la calzada y hay momentos de estrés, no cabemos todos.

Km 17: Carrer Fabra i Puig. Sigue haciendo frío y aquí estamos expuestos a las inclemencias del tiempo. La Meridiana se hace larga. Veo a Jordi (alias Ruzaken) entre el público, y eso siempre anima 😉

Km 18: Media vuelta. ¡Qué lejos llega este tramo! Casi nos salimos de Barcelona. Nada más girar, me topo con una dura subida que no recordaba.

Km 20: La cosa se complica, pero sigo a ritmo de sub 3h, con las liebres a tiro. Hubiera firmado esta situación antes de salir. ¿Realmente lo conseguiré? No me puedo creer que lleve 20 km a 4:15. Sigo con síndrome del impostor.

Km 21:  Llego al ecuador de la carrera en 1:28:57. No se que pasará a final, pero ya tengo en el bolsillo la media maratón a ritmo de sub 3h, eso no me lo quita nadie. Empieza costar dar zancadas y seguir el ritmo, pero continúo en la brecha. Bajar la Meridiana es más fácil que subirla. Hay mucho ambiente y eso ayuda.

Km 23: Carrer Bac de Roda. Tomo otro gel. Ahora viene una bajada que permite tomarme un respiro y recuperar un poco de aire. ¡Vamos!

Km 24: Gran vía/Rambla Prim. De repente, noto un pinchazo agudo en el gemelo izquierdo. ¿Y este dolor? ¿De dónde viene? ¡Hace años que no tengo este tipo de dolores! Lejos de desaparecer, se intensifica poco a poco. Preocupante.

Km 25: Rambla Prim. El dolor ha llegado para quedarse. Temo que en cualquier momento me rompa y vaya al suelo. ¿Paro? ¿Camino? ¿Rebajo el ritmo y dejo ir a las liebres y el sub 3h? Las dudas me consumen.

Km 26: Avenida Diagonal. Decido intentar cambiar mis zancadas para minimizar el impacto, y beber todo el Powerade que pueda, a ver si los electrolitos hacen milagros (¡a qué chorradas que se aferra uno, madre mía!). Parece que estoy haciendo marcha en lugar de correr, pero el dolor afloja un poco. El problema es que gasto más energía al hacer estos movimientos.

Km 28: Torre Agbar: Se suele apuntar a la avenida Meridiana como el “ogro” de la carrera, pero la Diagonal es mucho peor: cuando la enfilas ya llevas muchos kilómetros encima y se hace muy larga y empinada. Aquí, si entras fresco sales tocado, y si entras tocado sales hecho trizas. El dolor persiste, ahora menos punzante aunque sé que en cualquier momento puede volver y sacarme de la carrera. Tengo que ir con cuidado. La familia me espera en este punto, pero no los veo. Me ven sufriendo. Las liebres se alejan, pero todavía las tengo a la vista. Tocará sufrir hasta el final.

Km 30:  Avenida Diagonal/Fòrum. Penúltimo gel. Cada trago de agua supone quedarme sin aliento durante una buena cantidad de metros, pero no puedo hacer otra cosa si no quiero que se me escape el crono. Por fin se acaba la maldita Diagonal. Según el Garmin, calibrado con la distancia oficial, estoy aun a sub 3h. Ni en sueños habría esperado tener el sub 3 a tiro en el km 30. ¡Vamos!

Km 32: Diagonal Mar. Mis pensamientos oscilan entre que queda poco y queda un mundo. Solo son 10 kilómetros, pero estamos casi en el Fòrum y tenemos que ir hasta Montjuïc (dando bastante vuelta, además). Sigo en carrera. Las liebres corren a 200 o 300 metros de mí, no las he perdido aunque ya no las tengo cerca. El dolor persiste. En la lejanía diviso las banderolas de un puesto de la Cruz Roja. Es mi salvación. Aguanto unos centenares de metros con la esperanza aliviar los pinchazos con una rociada de Reflex. Pero es un espejismo: cuando llego al lugar, me encuentro a una familia de suizos animando a los suyos con su bandera nacional 🙁

Km 33: Vila Olímpica. Este tramo es mortal: expuesto al aire y algo desangelado. Noto como las fuerzas me abandonan poco a poco. No ayuda al ánimo el haber perdido de vista a las liebres. Queda mucho por sufrir.

Km 34: Carrer Marina. Último gel. Siempre he sufrido mucho en este tramo, pero siento que aún me queda alguna reserva de fuerzas. El Garmin me avisa de que por primera vez en la carrera estoy por encima de las 3h. Aprieto, aprieto, aprieto. Lo tengo a tocar, pero duele y eso me preocupa. Aprieto, aprieto, aprieto.

Km 35: Ciutadella/Arc Triomf: El ambientazo da ánimos. Ya voy con la reserva. Estoy cerca de la marca, pocos segundos por encima de las 3h. Pero cada vez voy sintiendo menos fuerzas.

Km 36: Ronda Sant Pere. Veo a la familia y eso siempre da ánimos. Intento no venirme arriba y acelerar, como me ha pasado en otras ocasiones aquí. Ronda Sant Pere pica para arriba y no es el momento de gastar el último cartucho, si es que queda alguno.

Km 37: Plaça Catalunya. Joder, cómo ha costado llegar aquí. Maldita calle Urquinaona. Seguro que he perdido algunos segundos, pero ahora toca bajada. El ambientazo da un poco de aire.

Km 37: Vía Laietana. Desde Urquinaona se ve toda la bajada de Vía Laietana, y eso anima. Sigo un poco por encima de las 3h, pero aún tengo alguna opción, así que aprieto e intento arañar algún segundo. ¡Tira, tira, tira!

Km 38: Correos. He conseguido recuperar un poco. Según el Garmin estoy bailando todo el rato entorno a las 3h. A veces por arriba, a veces por abajo. Pero se acabó lo bueno, ahora empieza lo duro de verdad. Ya no veo a las liebres, aunque me encuentro con una rezagada. Mejor no fiarse de ella, que no me den gato por liebre. Llegamos a Colón. Empieza el drama. Veo a las víctimas del sub 3h: corredores parados o cojeando en los laterales, tocándose las piernas doloridas, o simplemente caminando, cabizbajos por la impotencia de no poder seguir corriendo. Yo aún puedo correr, así que ¡vamos!

Km 39: Paral·lel. ¡Joder, qué duro! Lo intento con todas mis fuerzas, pero voy perdiendo segundos. A cuentagotas, pero los voy perdiendo. Qué duro castigo para las piernas y el alma. A ver si en Ronda Sant Pau se hace más fácil…

Km 40: Ronda Sant Pau.  ¡La hostia! Resulta mucho más duro que Paral·lel. Doy todo lo que tengo, pero eso no sirve para detener la sangría de segundos. Apretar al máximo y ver que aun así no llego es demoledor. Visualizo un reloj de arena gigante del que van cayendo granos de arena poco a poco: son los segundos que estoy perdiendo. Ahora mismo mi tiempo es 3:00:11. Debería correr los últimos kilómetros a casi 4:00. No llego. Mierda.

Km 41: Carrer Sepúlveda. Unos metros llanos, pero enseguida veo cómo se empina la calle al fondo, muy al fondo. Y después de eso queda un tramo de Paral·lel. Es como una bofetada en la cara. Puto Paral·lel. Puta Sepúlveda. Puta todo. Ya no llego, pero me prometí ir a fuego hasta el final y no quiero quedarme con la sensación de haber podido hacer más. ¡A muerte con lo poco que quede! ¡A quemar todos los barcos!

Km 42: Paral·lel. Hostia. El Garmin pronostica 3h00:05. Estoy muerto, no creo que llegue, pero voy a apretar al máximo. ¡Al máximoooo! Hay un gran ambiente, pero yo solo veo cada uno de los metros que estoy quemando. El giro de Plaça Espanya es increíble, resulta imposible describirlo con palabras. De repente, te topas con la marca azul de 42km en el suelo, las torres venecianas, la avenida María Cristina vallada, la Font Màgica al fondo, en pleno funcionamiento, el MNAC observándote. Y un cielo muy azul, como la alfombra que espera tus últimas zancadas agónicas. El arco de meta parece muy cerca, pero te queda la recta más larga del mundo.

Km 42,195: Meta. Encaro avenida María Cristina. Toda la belleza del lugar se derrite como una máscara de cera al fuego ante el reclamo del arco de meta. No paro de mirar el Garmin. Poco a poco estoy arañando segundos, pero mi deficiencia cognitiva por falta de oxígeno no me permite valorar si llego o no a tiempo. ¡Deja de mirar el maldito reloj y aprieta, chaval! No puedo con mi vida. Me falta el aire. A punto de llegar a meta. ¿Lo conseguiré? Sea como sea, merecerá una celebración. Me dispongo a levantar los brazos, pero a mitad del gesto me doy cuenta que no tengo fuerzas. Desisto. Cruzo la meta y paro el reloj sin mirarlo.

Me acerco a una valla y me aferro a ella como a la vida. No puedo respirar, nunca he llegado tan mal al final de una carrera y eso que llevo unas cuantas. Al cabo de un par de minutos muy largos, consigo volver al mundo de los vivos y miro el Garmin: 3:00:02 ¡¡Mierda!! No se si reír o llorar (o hacer las dos cosas a la vez). Ni en mis mejores sueños me sentía capaz de hacer esta marca pero, por otro lado, he estado tan cerca…

Tiempo oficial: 3:00:01.

Escribiendo esta crónica, un día después, puedo decir que estoy muy satisfecho. No he conseguido bajar de 3h, pero me he demostrado que soy capaz de hacerlo —cosa que antes del domingo me parecía imposible— y eso lo cambia todo. Ahora solo espero dejar de parecer un playmobil y volver a caminar como una persona normal. Toca lamerse las heridas y recuperarse lo antes posible: en un mes llegan las 24 Horas de Ultra Fondo en Pista. Pero esa es otra historia…

🙂

Momento de la llegada agónica.